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Los tres enemigos que destruyen tu vida, tu hogar y tu descendencia

Como cristianos tenemos enemigos; estamos en guerra y la guerra en la que estamos, es una guerra espiritual (Efesios 6:12; 2 Corintios 10:3-6), nuestros enemigos están dentro de nosotros y actúan en nuestra alma y nuestro corazón.

Necesitamos entender que el cristianismo no se edifica con fundamentos y principios terrenales; el cristianismo se edifica en cada vida, hogar y familia bajo los principios espirituales del reino de los cielos, nuestra vida de fe debe comenzar poniendo nuestros ojos en el autor y consumador de la fe llamado Jesucristo, su muerte y su resurrección lo trasforma todo. Al asomarnos a la Palabra entendemos que Jesús nunca se adoptó al mundo, Jesús fundamentó a Su padre Dios en acciones reales de cambio y transformación para el mundo, eso vino a hacer: Cambios reales en vidas, hogares y descendencias.

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Como cristianos tenemos enemigos; estamos en guerra y la guerra en la que estamos, es una guerra espiritual (Efesios 6:12; 2 Corintios 10:3-6), nuestros enemigos están dentro de nosotros y actúan en nuestra alma y nuestro corazón.
Necesitamos entender que el cristianismo no se edifica con fundamentos y principios terrenales; el cristianismo se edifica en cada vida, hogar y familia bajo los principios espirituales del reino de los cielos, nuestra vida de fe debe comenzar poniendo nuestros ojos en el autor y consumador de la fe llamado Jesucristo, su muerte y su resurrección lo trasforma todo. Al asomarnos a la Palabra entendemos que Jesús nunca se adoptó al mundo, Jesús fundamentó a Su padre Dios en acciones reales de cambio y transformación para el mundo, eso vino a hacer: Cambios reales en vidas, hogares y descendencias.
Jesús muestra Su carácter en el reino espiritual derrotando a Satanás en el desierto y de esa manera tomó la autoridad y derrotó a todos los enemigos espirituales que se levantaron contra las personas que se le acercaron a Él, por ejemplo el caso del endemoniado gadareno con 6000 demonios, una legión que se enfrentó a Jesús y Él sin temor alguno retó a Satanás doblegándolo y enviándolo a un hato de cerdos…está escrito en el libro de Lucas 8:27-33, escucha esto, el amor a Dios aleja de tu vida el temor, si temes a Dios no tienes a nadie mas que que temer.
Mucha gente en los tiempos de Jesús perdieron la oportunidad de entrar al Reino de los Celos y disfrutar de todo lo que el Reino de los Cielos les ofrecía por estar en las reglas y actividades  humanas, hoy muchos están en lo mismo, guiados por escribas y fariseos ciegos y “guías de ciegos” que hacen que el pueblo de Dios no vea mas allá de lo que están viendo y no vivan más de lo que están viviendo; y esto hace que no puedan experimentar todo lo que Dios puede hacer en sus vidas, sus hogares y sus descendientes, yo sigo ofendiendo a los escribas y fariseos “ciegos y guías de ciegos” y sigo diciendo: “Dios no es un Dios de métodos humanos…” quiero decirte esto: no trasquiles todo lo que Dios puede hacer en medio de ti, no sigas lo que te dice todo el mundo, no oigas lo que hablen los demás porque te vuelves sordo, no trasquiles la Palabra porque empiezas a desviar tu pie a la derecha y a la izquierda, ponte firme y comienza a creer en aquel que viene a trasformar todo lo que está en medio de ti.
En el libro de Juan 14:12-14 hay una verdad que seguir y comenzar a accionar, “pide lo que necesites y Él prometió que te lo daría”, en este tiempo tenemos que esperar lo mejor de Dios, sin importar lo que te ha ocurrido, los fracasos, situaciones adversas, desazones, dolor, desilusiones; es el tiempo de volver a confiar, volver a recuperar la esperanza y la fe, los ojos puestos en Jesús el autor y consumador de la fe, por lo tanto:
  1. No repitas las historias de tus ascendientes: “De tal palo tal astilla”, tal vez es el dicho más común hecho realidad en vidas, hogares y descendentes; arranca de tu vida toda herencia de maldición, de ruina, de enfermedad, porque “ciertamente Él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores”, “ciertamente Él llevo nuestras maldiciones” y “por su llaga fuimos nosotros curados” .
  2. Las huellas del pasado que te han marcado, huellas únicas, marcas de una vida de pecado, de dolor, de enfermedad, de muerte; muchos han sido marcados por la separación de sus padres, por el maltrato, violencia, abuso, muchos han sido marcados por el temor y la vergüenza, en su casa sólo veían violencia, terror, pecado, maldición, inmundicia, maldad, muchos crecieron viendo a sus padres drogados, alcoholizados, o llenos de ira, de amargura, de violencia, de peleas, de contiendas, de enfermedad, de dolor. El problema de todo esto es que esas huellas indelebles han deformado sus vidas, han trastornado el propósito y destino que Dios tiene para sus vidas, hogares y descendencias, muchos se indignan cuando Dios habla de esa manera, quiero decirle algo a todos los que están aquí y allá: Usted debería vivir indignado buscando el porque se le destruyó su vida, su hogar y su descendencia, usted debería estar indignado de todo lo que le ha robado a sus hijos y a su familia, hoy es el día de “Tomar decisiones de restauración y restitución” en vez de estar pensando en su deleite; se ha convertido en un egoísta y al final comerá los frutos de su pecado, su maldad y su iniquidad. El Señor nos dice en Isaías 43:18-19 “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”.
  3. El pecado, la maldad y la iniquidad no tienen misericordia de ti, es el mayor estafador y ladrón que existe, te deja en la quiebra, sin matrimonio, sin hijos, sin dignidad, sin nombre, hoy el Señor quiere restaurar y restituir, sanar y bendecir, acepta hoy esta buena noticia: “Jesús vino a destruir a los enemigos que han destruido tu vida, tu hogar y tu descendencia”; nadie ha dejado una huella tan grande en toda la humanidad, El las llevó en su propio cuerpo para sanarnos, liberarnos, quitar la dolencia y perdonar tu pecado.